El sueldo percibido es fundamental para subsistir a la hora de la elección de un trabajo, sin embargo, no hay que olvidarse de la salud mental, del bienestar, y la comodidad. Todo eso se lo denomina el «salario emocional», un factor que pesa a la hora de elegir la continuidad o el cambio de un empleo.

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En diálogo con RePerfilAr, la licenciada Lisette Rencoret, experta internacional en RRHH, remarcó que «el salario emocional tiene un peso que llega casi a un 40%«, ya que según expresó, en medio de una situación «tan estresante» como la pandemia, las personas «optan por sentirse mejor emocionalmente que por un 10, 20% más de salario». 

«La motivación surge de ese llamado salario emocional a través de un modelo de liderazgo que hoy se impone que se traduce en un modelo de liderazgo colaborativo», dijo. 

En el último tiempo las empresas comenzaron a interesarse más por el salario emocional. En ese sentido, la licenciada Myriam Muñoz, directora de ITSM Consulting, manifestó que siempre se intenta destacar «lo importante que es el clima de trabajo en las organizaciones«, y una parte fundamental está relacionada con «el valor de los talentos» en las personas. 

De esta manera, los resultados son favorables porque el empleado se siente satisfecho, por lo tanto deriva en una performance superior a la de cualquier trabajador o trabajadora que siente incomodidad o intrascendencia.